viernes, 2 de mayo de 2014

LOS TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN TAMBIÉN SON OTRAS ENFERMEDADES CIBERNÉTICAS



Las redes sociales siempre han sido fuente de preocupación para todos aquellos que atienden o velan por personas con problemas de alimentación ya que siempre se había pensado que el uso excesivo de internet derivaba en aislamiento y adicción.
 Hoy en día se ha demostrado que no solamente se producen estos síntomas sino que a estos problemas se le suman la falta de supervisión y el acceso a material que puede ser perjudicial.
Se han hecho algunos estudios a adolescentes del sexo femenino entre 12 y 19 años, en ellos muestran que estar en una exposición frecuente a contenidos musicales o de moda, que representan estándares de la belleza actual y múltiples estereotipos de hombres y mujeres  por vía Internet, ocasiona que tengan algunas conductas relacionadas con la alimentación. A esta modalidad se le denomina "Thinspiration". 
Estos contenidos  que muestran las redes sociales es un mensaje oculto de "perfección" que puede afectar en las personas, que por algún motivo son más vulnerables. De esta forma en muchos casos les lleva a querer alcanzarlo inalcanzable dejando de comer o vomitando después de comer.
Cada vez son más los usuarios registrados en Facebook, Twitter, Tuenti, etc. que tienen más probabilidades de sufrir estos trastornos. Cuanto más tiempo pasan en las redes, son mucho más propensos a que puedan desarrollar una imagen distorsionada de su cuerpo y unos hábitos de alimenticios más irregulares.
También hay algunos blogs, llamados "Ana y Mía"(anorexia y bulimia)  que animan a las adolescentes a desarrollar estos trastornos. En ellos cuentas sus experiencias, consejos, dietas, etc., y se animan unas a las otras para seguir con la enfermedad.
Estos blog suelen estar creados por personas que están en estados muy críticos sin ser conscientes de la gravedad que puede llegar a tener este asunto.
El 91% de estas páginas están abiertas a todo el público.
A esta problemática en muchos casos se le suma la falta de atención por parte de los padres debido a que pasan mucho tiempo fuera de casa.
 Para disminuir  el número de adolescentes con estos trastornos deberíamos conseguir que los padres sean conscientes y estén informados de los sitios que suelen visitar sus hijos por internet ya que es un asunto extremadamente peligroso para la salud de sus hijos física y mental
Es esencial promover en la familia una actitud objetiva y racional sobre los problemas con el peso y fomentar que compartan más tiempo con sus hijos.
Sentarse a comer con los hijos, disminuye el riesgo de que tengan en estos trastornos.
Otros estudios muestran que el estar pendientes de las redes en las que navegan los hijos y discutir con ellos de los contenidos que ven les ayuda a la hora de tener una mayor fortaleza personal, lo que les invita a ser menos vulnerables a la hora de caer en estos desórdenes.



 RAQUEL CUENCA PÉREZ


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