En esta entrada hemos decidido exponeros el caso de una amiga que sufrió
de anorexia en su adolescencia. Actualmente está totalmente rehabilitada y se
ha prestado a contarnos detalles de su historia que no conocíamos, para poder
compartirla en este blog, pudiendo así permitir que cualquiera pueda leerlo y
comprender que aunque no sea fácil con fuerza de voluntad se puede superar.
Para respetar su anonimato haremos referencia a ella como “X”.
X siempre fue una niña robusta, lo que provocó que, cuando cursaba
la educación primaria, gran parte del tiempo los demás niños de su clase la
dijesen cosas despectivas como “gorda” y “fea” para divertirse, dejándola también
de lado a la hora de jugar. La madre de X se percató de lo que estaba
sucediendo y tras hablar con el centro en el que estudiaba su hija y con las
madres de sus compañeros logró que la situación se suavizase, pero X se había
vuelto una niña reservada y se ponía a llorar cada mañana cuando tenía que ir
al colegio. Ante esta situación X comenzó a visitar a un psicólogo para
descubrir en qué medida le había afectado esta situación.
Años más tarde, cuando X estudiaba 3º de la E.S.O. su carácter reservado
hizo que sus compañeros empezarán a llamarla “friki” y “gorda”, pero esta vez X
decidió no contárselo a su madre ni a nadie de sus conocidos, en vez de eso
empezó a tirar los bocadillos que llevaba al recreo a la basura, y a comer poco
en casa alegando que se encontraba mal o que ya había comido algo por ahí con
sus amigos. Pensaba que la forma en que podría ganarse el cariño y la amistad
de sus compañeros de clase era siendo guapa y delgada y que la manera más
rápida y eficaz de conseguir eso era dejando de comer. Con el tiempo cada vez
se encerraba más en esa obsesión por adelgazar y aunque cada vez se veía más y
más delgada y se sentía mejor consigo misma, también se sentía más aislada
porque sentía que no podía hablar con nadie de lo que estaba haciendo y había dejado de bajarla el periodo. Para no
sentirse así comenzó a meterse en páginas y blogs de gente que estaba pasando
por lo mismo que ella, para recibir y darse consejos unas a otras de forma que
fuese más fácil adelgazar y que no las pillasen.
Sin embargo, un día sus padres se dieron cuenta de lo que estaba pasando y X estuvo ingresada durante 6 meses. Durante ese tiempo, y con el apoyo de su familia y amigos, se dio cuenta de que realmente ella no quería seguir actuando de esa manera y de que no quería que la gente de su alrededor sufriera por su culpa. Por lo que se marcó como objetivo superar esa etapa de su vida, y conseguir el cuerpo que deseaba comiendo sano y haciendo ejercicio, y aunque le llevo tiempo y esfuerzo lo consiguió.
La experiencia de X es un claro ejemplo de cómo afectan los
estereotipos a jóvenes vulnerables e influenciables como ella que buscan aceptación
por parte de la sociedad.
Irene Sanz Revenga y Estefanía Rojas Arroyo