Los trastornos alimenticios no solo afectan a personas anónimas,
que no reciben mucha atención por parte de la gente, sino también a personas importantes,
conocidas, y con bastante prestigio.
Por ello, me voy a centrar en una persona de gran relevancia
pública, como es la Emperatriz Sissi
(1837- 1898).
Sissi, casada a los
dieciséis años de edad con el Emperador Francisco José, empezó a obsesionarse
con su físico a los 25 años. Su finalidad era mantener su peso en 50 Kilos, con
una estatura de 1.72, y una cintura de 47 cm.
Se dice que esta
obsesión por estar bella, y ser una “princesa”, le surgió a raíz de sus
embarazos, ya que tuvo cuatro hijos, sin ser estos deseados.
Esta obsesión que pasado
el tiempo iba en aumento, consiguiendo afectar tanto en su salud como en su
carácter, provocó que ella misma inventara sus propias dietas y hábitos para
adelgazar.
Isabel de Austria,
también conocida como Sissi, se saltaba muchas veces reglas protocolarias ausentándose de las comidas reales.
Su
enfermedad empezó a afectarla cada vez más, volviéndola más hiperactiva, más
obsesiva con las dietas, con el ejercicio, con montar a caballo, además de un carácter más irritable, insomnio, etc.
Las
dietas de Sissi se componían de alimentos como: helados, pasteles, sangre de
buey cruda, carne fría…además de un consomé compuesto por carne de ternera, pollo,
venado y perdiz, restringiendo en todo momento las verduras y fruta.
Ante esto, un punto a
tener en cuenta es que en esta época no existía la misma información que
tenemos ahora.
En este tiempo no
había nutricionistas, ni especialistas para informarla que sufría de bulimia, y
que sus hábitos y dietas no eran adecuados para su salud. Actualmente poseemos
más información sobre el tema de los trastornos de alimentación, por lo que,
quien padece de ello, es más consciente de su situación, así como de lo que le
pasa, y puede tener más apoyo tanto social como familiar.
Estefanía Rojas Arroyo.
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