martes, 3 de junio de 2014

¿Qué proceso he de seguir ante el tratamiento de un TCA?, ¿De qué recursos públicos dispongo?



Son muchas las personas que ante la aparición o detección de un TCA no saben donde pueden acudir, qué hacer o de qué recursos disponen y, sin embargo, del inicio a tiempo del tratamiento depende, en la mayoría de las ocasiones, la rehabilitación y cura de estos pacientes. Por ello, quiero dedicar esta entrada a explicar de forma detallada el proceso ha seguir en el tratamiento de los TCA y los recursos públicos a disposición del ciudadano para el tratamiento y asesoramiento ante la aparición y detección de estos trastornos. Tanto de los recursos a los afectados como  a sus familiares, puesto que es fundamental su involucración en el tratamiento y apoyo desde el primer momento.

Normalmente será el pediatra o médico de atención primaria quien atenderá en primer lugar al paciente y podrá diagnosticar los primeros síntomas de la enfermedad, siendo muy importante la detección precoz. Será a través del médico de cabecera o pediatra del centro que corresponda al paciente, y previa valoración, que se derive a éste al Centro de Salud Mental correspondiente.
En todo el territorio nacional, independientemente de que las competencias sean autonómicas o estatales, existe una red de Centros de Atención Mental de carácter público, responsables de la atención de los TCA.

Serán los profesionales especializados de éstos centros (ya sea psicólogo o psiquiatra) quiénes llevarán a cabo un diagnóstico y estudio en profundidad de cada caso, asignando a cada paciente el tipo de tratamiento más adecuado (ambulatorio, internamiento hospitalario y hospital de día).

A continuación haré una breve descripción de cada uno de ellos:


Tratamiento ambulatorio
Permite trabajar con aquellos pacientes menos graves la sintomatología alimentaría, así como el resto de áreas afectadas, con la ventaja de no tener que interrumpir su vida y actividades cotidianas.
Abarca tanto terapia individual como grupal, en la que se trabajan aspectos de índole tanto psicológico como nutricional, así como asesoramiento familiar y seguimiento médico periódico.
Hospital de día
Representa una intensificación del tratamiento ambulatorio al cual se añaden los elementos más eficaces de un tratamiento bajo ingreso hospitalario pero sin la necesidad de tener que apartar al paciente de su entorno socio-familiar.
Esta modalidad de tratamiento es adecuada para aquellos pacientes que necesitan una ayuda más intensiva para poder llevar una vida cotidiana eliminando las conductas insanas  y así poder evitar un empeoramiento que requiera de un ingreso hospitalario. También se aconseja Hospital de Día tras un ingreso hospitalario, para ayudarles a ir incorporándose progresivamente en su vida anterior y vaya adquiriendo las habilidades necesarias y así evitar  posibles recaídas.
Internamiento hospitalario
La hospitalización es una fase más del tratamiento de los TCA y puede ser o no necesaria al inicio o a lo largo de la evolución del trastorno.
La mayor parte de los internamientos son voluntarios, pero existe la posibilidad de realizar ingresos no voluntarios siguiendo la normativa establecida por el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Los pacientes internados tienen limitadas las visitas familiares, aunque si las condiciones clínicas lo permiten, suelen disfrutar de permisos de fin de semana para que pasen esas horas junto a su familia en su entorno habitual.


Junto con estos recursos públicos, existen diversas asociaciones repartidas por todo el territorio español, que proporcionan asesoramiento y apoyo tanto a los pacientes con trastornos alimentarios como a sus familiares, facilitando contactos sanitarios, ofreciendo actividades como grupos de padres, de autoayuda para los pacientes, etc.
Estas asociaciones toman cada día más importancia, ya que es un medio donde compartir las propias vivencias y experiencias, donde apoyarte y nutrirte de personas que han pasado por tu misma situación, a la vez que ayudas con tus experiencias a otras. 
Además, algunas ofrecen servicios de psicoterapia especializados, a los que es muy difícil acceder gratuitamente de otra forma.



  Lucía Sánchez Chapinal, 2ºD

El deporte profesional y los trastornos alimentarios: "Anorexia deportiva"



La gimnasta estadounidense Christy Henrich (1972 - 1994), una de las más grandes representantes de la gimnasia rítmica y artística a nivel mundial, falleció a los 22 años de edad a causa de una disfunción multiorgánica derivada de la anorexia nerviosa que padecía desde los 16 años. Desgraciadamente este no es un hecho aislado ya que un porcentaje significativo de deportistas, sobre todo vinculados a ciertas categorías deportivas, sufren esta terrible enfermedad.
En los últimos años el fenómeno social de los TCA se ha expandido en nuestra sociedad enormemente, principalmente en adolescentes y mujeres jóvenes, aunque también se han manifestado en otro sector de la población de la que no se tiene demasiado conocimiento, los deportistas de alto rendimiento.

En el ámbito del deporte pueden desarrollarse conductas alimentarias anómalas como consecuencia de la propia práctica deportiva.
Epling y Pierce (1996) acuñan el término “anorexia por actividad” para referirse a aquellos TCA que aparecen dentro del ámbito deportivo y que presentan unas características específicas. Niñerola y Capdevilla (2002) recogen una serie de artículos de los que se puede deducir que entre un 38 y un 75% de los casos de anorexia están inducidos por una práctica de ejercicio extrema. Por lo que concluyen que la práctica de ejercicio físico puede ser, en sí mismo, un factor de alto riesgo para desarrollar un TCA.
Otro estudio, llevado a cabo por Davis, Katzman y otros (1997) concluye que el ejercicio físico de alto nivel interviene en el desarrollo y mantenimiento de los trastornos de la alimentación, afectando más a la anorexia que a la bulimia nerviosa.
La Asociación Americana de Psiquiatría hace referencia al término anorexia atlética o deportiva para denominar a este tipo específico de TCA.

Un factor determinante en la aparición de estos trastornos tiene que ver con la presión que padece el deportista para lograr tener y mantener un peso óptimo.
De esta forma, se pueden clasificar cuatro categorías deportivas de riesgo en las cuales el peso es un factor de gran importancia:
1. Deportes que establecen categorías por peso (boxeo, lucha, halterofilia).
2. Deportes en los que un peso bajo resulta beneficioso para la mejora del rendimiento en la competición (remeros, canotaje, jockeys).
3. Deportes de resistencia (fondo, semifondo, maratón).
En este grupo se produce una gran incidencia de trastornos alimentarios. Algunos autores afirman que la carrera de fondo es una salida para mujeres que, en otras circunstancias, habían desarrollado una anorexia nerviosa manifiesta.
4. Deportes o disciplinas en las que el bajo peso facilita el desarrollo de algunos movimientos o acrobacias y que requieren una buena apariencia (ballet, gimnasia artística, gimnasia rítmica, patinaje artístico, natación sincronizada, saltos de trampolín).

Otros factores relevantes, vinculados a las anteriores disciplinas deportivas, son los siguientes:
- Las restricciones de peso en algunos deportes.
- Deportes y jurados que ponen énfasis en un modelo esteriotipado de atleta extremadamente delgada, vinculando la delgadez con la mejora del rendimiento y el éxito.
- El fomento de un porcentaje extremadamente bajo de grasa corporal, por ejemplo, en deportes de resistencia como las corredoras de fondo.
- La presión por parte del entrenador (con el que se suele crear un vínculo emocional fuerte), de los compañeros o de la familia.
- Finalmente, otro factor importante es que algunas características de la personalidad que suelen estar vinculadas al deportista, como el perfeccionismo, la determinación, la competitividad, el sacrificio o la persistencia, son también rasgos que suelen presentar pacientes con TCA.
   

  Lucía Sánchez Chapinal 2ºD

LOS CANONES DE BELLEZA A LO LARGO DE LA HISTORIA

A lo largo de nuestra historia la gordura ha sido un sinónimo de belleza más que la delgadez. Ya en el S.XVII (Siglo de Oro) tenían un concepto muy distinto sobre el físico de la mujer al que hay ahora. Había un refrán que se decía en el S.XVII: "no hay mejor espejo, que la carne sobre el hueso". Y es que durante tres siglos una mujer hermosa era aquella que gozaba de curvas como las gracias de Rubens. La mujer para ser hermosa debía de tener cinco veces tres cosas, debía de ser, blanca en tres en rostro, manos y garganta, colorada en tres en labios, mejillas y barba, negra en tres en cabellos cejas y pestañas, ancha en tres en caderas hombros y muñecas y larga en tres en talle rostro y garganta.
A principios del S.XX seguían los mismos cánones de belleza pero ya en esta época todas debía de lucir una cintura de avispa y apareció el corsé  como canon de moda, que además de hacer una cintura menor, solía causar muchas enfermedades, ya que estrangulaba el tórax provocando enfermedades respiratorios, se desplazaban los riñones hacia abajo y las señoras casi no se podían mover, era moda que tuvieran una frágil salud.
Hubo un cambio en el canon de la belleza de la mujer a partir de que se puso de moda bañarse en el mar y dejaron de llevarse las pesadas enaguas que vestían y les dificultaban andar.
Con la primera Guerra Mundial en 1914, los hombre parten al frente y las mujeres los sustituyen en las fábricas, se necesita una mujer más acorde con la época, con lo cual comienzan a llevarse faldas más cómodas y cortas y dejan de llevar cualquier ropa que le oprima. Comienzan a ser bien acogidas socialmente y llevan una vestimenta que unos años antes hubiera sido censurada.
En Paris una joven llamada Coco abre una boutique y pondrá de moda dos aspectos revolucionarios, el moreno en la piel, que antes era sinónimo de campesinas y la delgadez. La mujer moderna comienza a ser por definición delgada y ya no se desprenderá de la estética femenina. El cambio psicológico fue tan brusco que la indumentaria se convirtió en un vehículo para expresarlo.
El polisón y las largas faldas pasaron a la historia. La silueta delgada y las faldas cortas componen la nueva imagen de la mujer. Nunca un cambio fue tan brusco, en una década se había cambiado el canon de belleza.
Con la Segunda guerra mundial los hombres vuelven al frente y las mujeres como vuelve a ocupar su lugar en las fábricas se le comienza a permitir llevar pantalón, empieza a ser una prenda habitual en las fábricas y fuera, hay una estética más masculina. Con la paz retorna  una estética más clásica y nostálgica. Se comienzan a llevar vestidos de cintura muy estrecha y faldas anchas, pero este resurgir de cánones más clásicos no logro conectar con las jóvenes. Estas comienzan a estudiar y no ven como algo primordial casarse con el hombre, empiezan a hacerse independientes económicamente y los cánones de belleza serán elegidos por las propias mujeres y no por la mirada de hombres como filósofos, pintores, artistas, etc. Con los nuevos ritmos musicales, sacuden los estereotipos que pesaban en la mujer y habrá un cambio psicológico radical y trasformaciones que ocasionaran mucha mayor libertad. Por esta época Mary Quant, una modista diseña una prenda, la minifalda, que resultará el gran boom del siglo, la moda se centro en los jóvenes y el deseo de poseer la eterna juventud se convirtió en el nuevo ideal estético. La belleza no exigía unas proporciones ideales, bastaba con poseer lozanía.
La televisión ha sido un medio por el que se han propagado las nuevas creencias estéticas. La juventud como canon estético ha permanecido vigente en los últimos treinta años, coincidiendo con un desarrollo en la cosmética y después en la cirugía estética.
Hoy en día las personas están muy influidas por los medios de comunicación, cine, internet, etc. y la presión que sobre la mujer ejerce en el mundo de la publicidad y la moda, esta imponiendo cánones de belleza basados en la delgadez  extrema y ha generado un aumento de enfermedades como la anorexia y la bulimia.

RAQUEL CUENCA PÉREZ



lunes, 2 de junio de 2014

Dietas extremas: dieta de la piña

A día de hoy, los trastornos de alimentación son generalmente conocidos por todo el mundo gracias a toda la información de la que disponemos para no sufrirlos y para concienciar a los/as chicos/as jóvenes a que se acepten tal y como son y de esta forma, eviten meterse en esos caminos que tienen una difícil salida.

Aún así, todos queremos mantenernos lo más cerca posible de nuestro peso ideal y se pueden comenzar a hacer dietas seguidas y recomendadas por un especialista para perder los llamados "kilitos de más". Las dietas equilibradas y sanas las puede seguir cualquier persona ya que ayudan a mantenerse bien con uno mismo y no rozan la enfermedad ni mucho menos. Son dietas variadas en las que se puede comer de todo en su justa medida siguiendo la pirámide de alimentos expuesta a continuación, todo ello de una forma controlada por médicos y sobre todo sana:

Estas dietas hacen perder peso de una forma sana pero lenta, debido a esto y la impaciencia que caracteriza a la sociedad frente a estos temas se han creado dietas extremas  que restringen alimentos francamente necesarios y también hacen perder peso de una forma que llega a asustar y es por esto último que tienen tanto éxito.

Concretamente, me centro en esta entrada en la famosa dieta de la piña, estrella de las redes sociales. Consiste en comer solamente piña durante 5 días ya que se entiende que ayudar a eliminar líquido, tiene pocas calorías y ayuda al estreñimiento. Obviamente es un alimento muy sano y recomendable pero esta clase de dietas rozan la anorexia dado que apartan de la dieta alimentos necesarios y esto no es ni mucho menos saludable.

Estas dietas extremas comienzan como un reto y muchas veces, desembocan en obsesión y seguidamente en enfermedades del tipo de anorexia y bulimia.

Se debe tener mucha precaución con estas cosas por lo que si quieres hacer una dieta, que sea siempre de la mano de un médico especializado.




SOFÍA ROIG SUÁREZ



¿Cómo tratar la anorexia?

A día de hoy contamos con la psicoterapia, terapia comportamental, terapia con medicamentos, terapias familiares, etc. cuyos objetivos son la alimentación en el individuo y tratar que el entorno familiar solucione sus disfunciones tratando de hacer encontrar a esta persona sus valores perdidos, fomentar su iniciativa, independencia y autoestima. Por otro lado, es muy importante no hacer que el comer sea una obligación y que esto no se convierta en tema de discusión. 

Las personas idóneas para llevar a cabo lo comentado anteriormente son las personas más cercanas al paciente: padres, hermanos, novio/a, amigos más cercanos...

Otro punto a destacar es que no es conveniente decir cosas del tipo: "estás destruyendo a esta familia" o similares, al ser perjudicial y melodramático. También se espera resistencia por parte de la persona anoréxica a causa de su obsesión por estar delgada y sentirse atacadas cuando alguien intenta interferir en todo ello.

Es muy importante reconocer en todo momento los miedos del paciente dado que para un enfermo de esta clase cambiar de hábitos de comida después de meses o incluso años puede asustarle enormemente llegando a tener pensamientos como: "quieres convertirme en una gorda".


En último lugar, pero no por ello menos importante, no es conveniente esperar para intervenir porque es bastante improbable conseguir resultados inmediatos. Las personas que sufren anorexia pueden  aceptar la ayuda después de varias semanas intentándolo. De esto podemos derivar que tratar con ellos no es ni mucho menos fácil.


SOFÍA ROIG SUÁREZ

sábado, 31 de mayo de 2014

Los dos lados de la publicidad


Los dos lados de la publicidad

Actualmente, existen numerosas campañas y anuncios publicitarios que fomentan e incitan a la delgadez en las mujeres.

Podemos ver infinidad de anuncios en los cuales salen chicas delgadas y socialmente perfectas. En muchos de ellos te venden productos para adelgazar, y en otros simplemente aparecen mujeres que anuncian cualquier otro producto, pero eso sí, siempre luciendo un cuerpo delgado.

             

Pero hoy en día, afortunadamente también se pueden apreciar algunos anuncios que están en contra de esto. Éstos prefieren mujeres más sencillas y naturales, y pretenden vender la satisfacción de estas mujeres orgullosas de sus curvas. Un claro ejemplo de esto es la campaña de Dove, por la Belleza Real, una empresa de productos para el cuidado de la piel, la cual ha elegido a algunas mujeres “reales” para sus anuncios.

De esta manera, se observa una clara diferencia entre anuncios que se pueden ver hoy en día en los medios de comunicación. Aun así, siguen predominando mayoritariamente los que promulgan un ideal de belleza casi inalcanzable.



Rebeca Román Ramírez

La anorexia que llega más allá


La anorexia que llega más allá




Esta es una historia real de una londinense llamada Holly Griffiths, cuyo caso he encontrado en una noticia de la página Entre mujeres.
Holly es una chica de 21 años, la cual padece anorexia y pesa 51 kilos, pero no solo eso, Holly está embarazada de casi nueve meses.
Se alimenta con tan solo 800 calorías al día, cuando debería ingerir 2000 por lo menos, por el estado en el que se encuentra. Día a día lucha contra su enfermedad, pero asegura que aunque quiere alimentar a su bebé, no se siente capaz de ingerir todas las calorías que ambos necesitan.
Sufre esta horrible enfermedad desde hace siete años, y éste que espera es su segundo hijo. Holly se siente muy insegura, puesto que recuerda las experiencias que sufrió en su primer embarazado, en el cual el bebé le rompió una costilla por su extrema delgadez. Cuando se enteró de que estaba embarazada de nuevo se sintió deprimida, porque sabía que tendría que engordar, y culpable a la vez, ya que afirmaba que no conseguiría tomar las calorías necesarias para mantener la buena salud de su hijo.
Al comienzo de su segundo embarazo, adelgazó más de ocho kilos, pero poco a poco Holly fue recuperando su peso gracias a la ayuda de profesionales, familiares y un médico que la visita para controlar su situación, especialista en embarazos de alto riesgo.
La joven londinense debe aumentar más de un kilo y medio todavía antes del parto, para poder dar a luz al niño sin ningún tipo de problema.

Con esto llego a la conclusión de que este es un caso impactante de la enfermedad, puesto que no solo está en peligro su vida sino la de su bebé. Sorprende el hecho de que Holly sabe perfectamente que la salud de su hijo corre riesgo por la enfermedad que ella padece, pero aun así afirma que no logra comer todo lo que necesita. 


                                                                                                                          Rebeca Román Ramírez

La historia de Maggie Baumann




La historia de Maggie

Maggie Baumann, madre de dos niños, padeció pregorexia durante sus dos embarazos. Durante el primero engordó 15 kg. A pesar de que era un peso saludable, ella trataba de perder libras realizando dietas y haciendo ejercicios extremos. "No me daba cuenta del daño que le estaba haciendo a mí bebé y a mí misma, lo único que me importaba era estar delgada", explica Maggie. 

Afortunadamente, ni ella ni su primera hija, Christina, sufrieron consecuencias serias, pues este comportamiento obsesivo comenzó casi al final del embarazo. Sin embargo, durante el segundo embarazo su trastorno se acentuó, cuando llegó al hospital para dar a luz a su segunda niña, solo había subido 7 kg debido a las dietas y ejercicios exagerados a los que se sometió durante el último trimestre. La bebé nació con bajo peso (2,587 kg) y posteriormente desarrolló convulsiones y trastornos por déficit de atención. 

"Mis embarazos fueron nueve meses de constante tortura sobre cuánto peso ganaba y cómo mi cuerpo se expandía. En lugar de comer por dos, yo pasaba hambre por dos", recuerda Maggie.

Sin embargo, reconoce que el primer paso para recuperarse fué comprender que tenía un problema. En su caso, ese momento llegó varios años después del nacimiento de sus hijas, cuando cayó en el hospital a punto de tener un ataque al corazón por los desmanes alimenticios y el ejercicio extremo a los que se sometía. Fue entonces cuando ingresó a Remuda Ranch en Arizona, un centro de fe cristiana que ayuda a personas que sufren desórdenes alimenticios, donde completó su tratamiento y comenzó una nueva vida. 

Ya pasaron 20 años desde que Maggie sufrió de pregorexia y considera que aún está en recuperación, pues la anorexia no se cura pero puede controlarse. Después de su historia, decidió ayudar a otras mujeres que pasaban por lo mismo, convirtiéndose en terapeuta y consejera familiar. Hoy en día dirige una casa de recuperación para personas con desórdenes alimenticios, adicciones y problemas de imagen en Newport Beach, California. Además, dirige dos grupos de apoyo en diferentes regiones de ese estado. 




Fernando Paños Casado

viernes, 23 de mayo de 2014

Potomanía: Un trastorno desconocido





¿Qué es la potomanía?



La potomanía es un trastorno alimentario que también se conoce con el nombre de "polidipsia psicogénica", este trastorno consiste en el deseo de beber grandes cantidades de líquido, generalmente agua, de manera compul-siva y sin la existencia de una sensación previa de sed. Por lo que hace muy peligroso este trastorno.
Esta ingesta masiva de agua o de otros líquidos le proporciona a la persona afectada una sensación de placer, por lo que puede llegar a ingerir hasta 10 y 15 litros de agua, dependiendo de la gravedad del caso. En un trastorno que pude estar asociado a la anorexia nerviosa.
Una persona debe berber de dos o tres litros de agua diarios, ya que sobre pasarse mucho de ese límite deja de ser beneficioso para el organismo y puede ser nocivo para la salud, porque puede alterar el correcto funcio-namiento de los riñones y la composición de la sangre (que debe contener un 8% de agua).
El hipotálamo es una región cerebral que, entre otras funciones, es responsable de que se mantenga la cantidad de agua necesaria para el organismo y de advertir de la falta de líquido emitiendo la señal de la sed. Una alteración en el mecanismo de funcionamiento del hipotálamo podría provocar episodios de potomanía, pero los investigadores asocian el trastorno con un desequilibrio psiquiátrico ya que, en general, los trastornos alimen-tarios están relacionados con problemas psicológicos y desórdenes de la personalidad.

Fernando Paños Casado

miércoles, 21 de mayo de 2014

¿Me enseñas a vomitar?


¿Me enseñas a vomitar?


Una vez más, Internet es protagonista de una entrada en este blog, y es que resulta impactante la cantidad de páginas web que existen a favor de la anorexia y la bulimia.

Hay un gran número de personas, chicas mayoritariamente, que se dedican a hablar entre ellas mediante blogs o páginas web. Se “ayudan”, se apoyan unas a otras y se animan a seguir con estos hábitos que tanto puede llegar a deteriorarlas.

Indagando por Internet, he podido encontrar infinitas conversaciones entre estas chicas, por ejemplo en la página de Yahoo Respuestas, un soporte en el que cualquier persona puede preguntar algo y obtiene decenas de respuestas de todo aquel que quiera contestar, también en EnFemenino, que es algo similar, o en numerosos blogs. Desafortunadamente, esto resulta peligroso puesto que muchos le dan un mal uso, y un claro ejemplo de esto son las conversaciones que he nombrado anteriormente.

Se trata de chicas que preguntan cómo pueden vomitar más rápido, cómo hacerlo sin que tus padres se den cuenta, e incluso qué remedios caseros pueden utilizar para las secuelas físicas. Y bien, como es de esperar, son muchas las chicas que contestan sin asombro alguno y con total normalidad. Abundan los consejos sobre cómo vomitar de manera más sencilla y rápida, como por ejemplo, vomitar de pie en lugar de agacharte, hacerlo justo después de comer, beber mucha agua, no sacarte los dedos de la boca cuando des una arcada sino mantenerlos dentro hasta vomitar, etc. También aseguran que debes poner música en el baño o abrir algún grifo, para que tu familia no te escuche.

Lo que más me impactó de todo, fue la cantidad de chicas que tienen numerosos trucos para que no las pillen, y que se consideran “expertas en el tema”, tanto, que son capaces de pensar y probar remedios para que nadie note tus cambios físicos. Muchas aconsejaban que debes lavarte los dientes muchas veces al día, pero nunca justo después de vomitar, ya que los dientes están sensibles tas ello. Para el color amarillento de éstos, puedes echar limón en el cepillo, y también, empezar a vestir con ropa más ancha para disimular esos kilos que vayas perdiendo.

Cosas así son de fácil acceso para cualquier persona hoy en día, además de no tener ningún tipo de control. Es increíble lo que la anorexia causa y lo que pueden llegar a hacer para conseguir lo que quieren, y sobre todo aconsejar a otras personas como si éstos fueran buenos hábitos. De nuevo Internet nos muestra que cada vez es más fácil acceder a cualquier tipo de información, sea o no dañina.


                                                                                                                           Rebeca Román Ramírez

Caso real Alba y Bea


Caso real: Alba y Bea


Esta entrada va dedicada a un caso real, el cual viví muy de cerca. Quiero destacar que sus nombres reales permanecerán en el anonimato.

Más o menos hace cinco años, Alba empezó a adelgazar. Era una chica de peso normal, pero poco a poco las personas de su entorno se iban dando cuenta de que adelgazaba demasiado rápido y su estado de ánimo era preocupante, Alba no era la misma.
Tras muchos meses había empeorado muchísimo, y sus padres decidieron que ingresara en el hospital. Efectivamente, padecía anorexia. Todos intentábamos dar nuestro apoyo a ella y su familia, sobre todo porque su hermana Bea, era una de mis mejores amigas. Aun así, la cosa no mejoraba, y la situación de Alba decaía por momentos.

Al año siguiente, empezamos a notar que nuestra Bea comenzaba a adelgazar, algo casi imposible puesto que ella siempre ha sido una persona extremadamente delgada. Al compartir clase con ella, podíamos apreciar que después del almuerzo del recreo se iba corriendo al baño, sólo se traía aperitivos sanos, e incluso cuando comíamos juntas fuera de casa era muy exquisita en no comprar nada con muchas calorías. Con el paso de los meses, llegamos al punto de tener que traer nosotras el almuerzo de Bea, ya que había dejado de traer comida a clase, controlar que se lo comiera, y salir corriendo detrás de ella en medio de clase cada vez que se levantaba para ir al baño a vomitar.

Sentíamos que no podíamos con esta situación, así que decidimos llamar a sus padres. Ellos ya estaban muy ocupados con Alba, y no podían creer cómo su hija mediana ahora padecía la misma enfermedad que su hermana mayor. A Alba apenas la veíamos, pero al estar todos los días con Bea podíamos ver cómo el color de su piel se iba apagando, su cara casi no tenía expresión, y había dejado de ser la chica sonriente que nosotras conocíamos.

Siguieron pasando los meses, Bea seguía igual, y Alba ya había dejado las clases por completo por estar exclusivamente en un hospital psiquiátrico. Al cabo de un tiempo, Alba ya mostraba un buen comportamiento, se comía todo delante de la enfermera y nadie le sorprendía vomitando. Todo esto fue una estrategia, puesto que ella sabía que si se portaba bien dormiría en casa los fines de semana. Tras esto, consiguió lo que quería, y al volver al hospital, se había escondido una cuchilla en el sujetador, con el que llevó a cabo el primer intento de suicidio, seguido de dos más, afortunadamente fallidos.

Finalmente Bea terminó recuperándose físicamente, pero yo nunca he creído que se recuperara del todo, al menos psicológicamente, además ya nunca fue la misma persona. También se podía notar que su rostro era distinto al de antes, ya no desprendía el brillo que antes le caracterizaba. Por otra parte, Alba sigue padeciendo esta enfermedad, y aunque está mucho mejor, aun está perdida en la mente de una chica anoréxica que odia a su cuerpo.



Rebeca Román Ramírez.

INFLUENCIA DE LA SOCIEDAD EN LOS TRASTORNOS ALIMENTICIOS

Con esta entrada pretendo resaltar la importancia y repercusión de la influencia de la sociedad en los trastornos alimenticios.

Según algunos investigadores, una de las causas principales que llevan a muchos jóvenes a este tipo de enfermedades es la presión social.

El concepto de presión social en este caso hace referencia al valor que da la sociedad en general actualmente a la imagen corporal. Los medios de comunicación, anuncios, modelos…incrementan todo esto, creando un prototipo de mujer alta, delgada, guapa…en definitiva inalcanzable.

La sociedad actual tiene marcados unos ítems muy concretos como es la delgadez, consiguiendo por un lado que las personas tengan un mayor consumo, entre alimentación especial, productos de estética, cirugía, ropa…por otro lado, volcar dentro de este círculo vicioso cada vez a más personas, poniendo en peligro su salud en general.

Años anteriores la moda que se seguía en nuestra sociedad era la de mujeres pálidas, robustas, etc. Según van pasando los años la moda va cambiando. La moda actual refuerza la delgadez puesto que las tallas cada vez son más pequeñas dificultando encontrar tallas grandes, los maniquís que muestran la ropa son de cuerpos delgados, incluso a veces extremadamente delgados, al igual que las/os modelos. Los jóvenes quieren seguir esta moda, lo que les impulsa a estar delgados, y por su parte, la sociedad estimula la moda.
Nuestra sociedad nos ha inculcado un ideal de imagen corporal necesario para triunfar en la vida, siendo las personas jóvenes las más influenciables en este aspecto.

La sociedad empuja a la mujer hacia la delgadez, y al hombre hacia el cuerpo atlético. Se trata de un ideal de imagen corporal impuesto por nuestra cultura, con la finalidad de ser aceptado.

La aceptación social es una necesidad para el ser humano, y más aún para los jóvenes que quieren estar dentro de los cánones de belleza que impone nuestra sociedad.
                                                                                                             

Estefanía Rojas Arroyo.

DIETAS DETOX ¿UNA NUEVA FORMA DE BULIMIA?




Comenzaré dando una pequeña explicación de lo que son las dietas detox: dietas restrictivas a base de zumos únicamente, para desintoxicar el cuerpo, purgarse y perder peso. Son dietas que están de moda por ser remedios rápidos en la pérdida de peso y desintoxicación de, por ejemplo, la nicotina. Los medios, blogs y revistas las publicitan y son muchas las famosas que las toman.

¿Podrían llegar a convertirse en una nueva forma de bulimia? Son muchas las personas que empiezan a preguntarselo, ya que son dietas rápidas y supuestamente efectivas, pero conllevan sus riesgos.

Hay gente que comienza a obsesionarse con perder peso y deciden continuar con estas dietas incluso después de lo recomendable (no más de 3 días), lo que puede ocasionar daños físicos y emocionales. Así es cómo reacciona el cuerpo tras tomar estas dietas, en las que se suprimen proteínas, carbohidratos y grasas:

  •          Después de 30 minutos: el nivel de azúcar en sangre comienza a venirse abajo. Mientras tanto, debido a la falta de calorías, tu cuerpo se ve privado de glucógeno, una fuente de energía rápida que se almacena en los músculos y el hígado.
  •       Después de 2 días: Los niveles de insulina se disparan, y las reservas de glucógeno han desaparecido. El cuerpo empieza a recurrir  a dos fuentes de energía: los triglicéridos (un tipo de combustible almacenado a modo de grasa), y las proteínas (sacadas directamente de tus músculos). Es por ello que se empieza a perder masa muscular, incluso aunque se haga ejercicio diariamente.
  •      Después de 3 días: El cerebro estará falto de aminoácidos (básicos para los neurotransmisores), los cuales mantienen estable tu estado de ánimo. Las proteínas de tus músculos se descomponen en amoniaco y ácido úrico, elementos nada recomendables en tu torrente sanguíneo. Por otro lado, el alto porcentaje de carbohidratos del zumo causa la entrada de mucha agua en tus intestinos. Ese extra de líquido en tu vientre provocará diarrea.
  •     Después de 4 días: Al no haber comida que digerir, el intestino se siente ignorado y las pequeñas vellosidades que lo cubren empiezan a atrofiarse. 
  •     Después de 8 días: Aunque se recuperen los hábitos alimenticios normales, tu cuerpo ha perdido masa muscular, de forma que será más difícil quemar esas calorías y posiblemente se conviertan en grasa (efecto yo-yo). 

Este efecto puede afectar a los consumidores negativamente, puesto que el entusiasmo por la pérdida de peso lograda desaparece.

Respecto a la pregunta lanzada anteriormente sobre si podría convertirse en una forma de bulimia, creo que sí podría llegar a formar parte de un trastorno alimenticio. Comenzar una dieta puede ser el comienzo de este tipo de enfermedades. Sin embargo, hay gente capaz de llevar a cabo dietas (de desintoxicación o de otro tipo) sin desarrollar un trastorno alimenticio. A pesar de que no sea necesariamente el inicio de un trastorno, no se debe perder de vista los efectos negativos que acarrean este tipo de modas.


Irene Sanz Revenga.


martes, 20 de mayo de 2014

MÁS SOBRE ANOREXIA Y BULIMIA: TIPOS

Anorexia

Enfermedad consistente en la disminución de la ingesta de alimentos como ya sabemo. La anorexia nerviosa  es una forma de autoprivación, es un trastorno alimentario caracterizado por un bajo peso corporal, una imagen distorsionada del cuerpo y un intenso miedo a engordar. 

Los tipos son los siguientes: Nerviosa primaria: miedo a subir de peso (se puede recurrir a purgas) y nerviosa restrictiva: La paciente utiliza el ayuno y la dieta sin recurrir al vómito, ejercicio abundante con dietas muy restrictivas.

Bulimia


Como recordatorio: La bulimia es una enfermedad que se define por episodios de ingestión excesiva de alimento, acompañados de una sensación de pérdida de control. Luego, la persona utiliza métodos para prevenir el aumento de peso, tales como vomitar o consumir laxantes en exceso.

Dentro de esta encontramos la bulimia nerviosa caracterizada por: comer grandes cantidades con voracidad, pérdida de control, vómito auto inducido así como laxantes o diuréticos, dieta estricta, excesivo ejercicio y preocupación exagerada por la figura y el peso.

Se puede clasificar en dos tipos diferentes: Purgativo: en estos casos la persona se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas con frecuencia y no purgativo: la persona emplea otras medidas, tales como el ayuno por períodos prolongados o realizar gran cantidad de ejercicio para quemar todo lo que comen en cada episodio de "gula" o de "glotonería". 


SOFÍA ROIG SUÁREZ