La gimnasta estadounidense Christy Henrich (1972 - 1994),
una de las más grandes representantes de la gimnasia rítmica y artística a
nivel mundial, falleció a los 22 años de edad a
causa de una disfunción multiorgánica derivada de la anorexia nerviosa que
padecía desde los 16 años. Desgraciadamente este no es un hecho aislado ya que
un porcentaje significativo de deportistas, sobre todo vinculados a ciertas
categorías deportivas, sufren esta terrible enfermedad.
En
los últimos años el fenómeno social de los TCA se ha expandido en nuestra
sociedad enormemente, principalmente en adolescentes y mujeres jóvenes, aunque
también se han manifestado en otro sector de la población de la que no se tiene
demasiado conocimiento, los deportistas de alto rendimiento.
En el ámbito del deporte
pueden desarrollarse conductas alimentarias anómalas como consecuencia de la
propia práctica deportiva.
Epling y Pierce (1996)
acuñan el término “anorexia por actividad” para referirse a aquellos TCA que
aparecen dentro del ámbito deportivo y que presentan unas características
específicas. Niñerola y Capdevilla (2002) recogen una serie de artículos de los
que se puede deducir que entre un 38 y un 75% de los casos de anorexia están
inducidos por una práctica de ejercicio extrema. Por lo que concluyen que la
práctica de ejercicio físico puede ser, en sí mismo, un factor de alto riesgo
para desarrollar un TCA.
Otro estudio, llevado a
cabo por Davis, Katzman y otros (1997) concluye que
el ejercicio físico de alto nivel interviene en el desarrollo y mantenimiento
de los trastornos de la alimentación, afectando más a la anorexia que a la
bulimia nerviosa.
La Asociación Americana de
Psiquiatría hace referencia al término anorexia atlética o deportiva para
denominar a este tipo específico de TCA.
Un factor determinante en
la aparición de estos trastornos tiene que ver con la presión que padece el
deportista para lograr tener y mantener un peso óptimo.
De esta forma, se pueden
clasificar cuatro categorías deportivas de riesgo en las cuales el peso es un
factor de gran importancia:
1. Deportes que establecen
categorías por peso (boxeo, lucha, halterofilia).
2. Deportes en los que un
peso bajo resulta beneficioso para la mejora del rendimiento en la competición
(remeros, canotaje, jockeys).
3. Deportes de resistencia
(fondo, semifondo, maratón).
En este grupo se produce una
gran incidencia de trastornos alimentarios.
Algunos autores afirman que la carrera de
fondo es una salida para mujeres que, en otras circunstancias, habían
desarrollado una anorexia nerviosa manifiesta.
4. Deportes o disciplinas
en las que el bajo peso facilita el desarrollo de algunos movimientos o
acrobacias y que requieren una buena apariencia (ballet, gimnasia artística,
gimnasia rítmica, patinaje artístico, natación sincronizada, saltos de
trampolín).
Otros factores relevantes,
vinculados a las anteriores disciplinas deportivas, son los siguientes:
- Las restricciones de peso
en algunos deportes.
- Deportes y jurados que
ponen énfasis en un modelo esteriotipado de atleta extremadamente delgada,
vinculando la delgadez con la mejora del rendimiento y el éxito.
- El fomento de un
porcentaje extremadamente bajo de grasa corporal, por ejemplo, en deportes de
resistencia como las corredoras de fondo.
- La presión por parte del
entrenador (con el que se suele crear un vínculo emocional fuerte), de los
compañeros o de la familia.
- Finalmente, otro factor
importante es que algunas características de la personalidad que suelen estar
vinculadas al deportista, como el perfeccionismo, la determinación, la competitividad,
el sacrificio o la persistencia, son también rasgos que suelen presentar
pacientes con TCA.
Lucía
Sánchez Chapinal 2ºD
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